Tener un hijo con una cardiopatía congénita muchas veces provoca ansiedad y angustia debido al miedo y las dudas, lo cual conlleva altibajos emocionales, conflictos personales, sociales, laborales y familiares.
Por lo tanto, nos sentimos reconfortados llevando a cabo un programa de atención psicológica tanto al paciente que lo sufre directamente como a la familia que también se ve afectada con el fin de proporcionarles el apoyo y la compañía necesaria en estas situaciones tan complicadas.
Debemos intentar conseguir un clima de tranquilidad, confianza y esperanza logrando así asimilar el problema pero sobre todo queremos ayudar para que tengan una mejor calidad de vida.
Otros problemas que aparecen en la familia:
– Dificultad de llevar una vida normal aún cuando el estado físico del niño lo permitiera.
– Anteponer lo que se consideran necesidades físicas del hijo dejando de lado “lo emocional”.
– Dificultad en sus interacciones con el hijo enfermo.
– Dificultad de atención al resto de la familia (otros hijos, pareja, etc.)
– Aumento de la ansiedad en los padres e hijos, en general.
El apoyo psicológico a las familias se convierte, a nuestro entender, en un elemento básico para el ajuste y la convivencia familiar y un instrumento mediador entre el médico/hospital y la familia, suponiendo que unos padres menos ansiosos o con un mayor autocontrol de su ansiedad, tendrán una mejor calidad en la relación con sus hijos enfermos y en la relación médico hospitalaria.
El camino que tienen que recorrer padres e hijos es largo y doloroso. Tradicionalmente se espera a que los niños tengan varios meses de edad para proceder a la corrección quirúrgica de su cardiopatía congénita con la finalidad de disminuir el riesgo operándolos con más edad.
Así, se puso en marcha un programa de intervención para la atención a las familias de niños con cardiopatías que establecía dos bloques de actuación, uno dirigido al trabajo específico en relajación con los padres y otro de evaluación de aspectos emocionales en los hijos enfermos de los padres participantes, planteándonos los siguientes objetivos:
– Reducir los niveles de ansiedad y miedo en los padres.
– Proveer a los padres de un instrumento de trabajo que les permitiese tomar conciencia de la propia situación respecto a sus hijos.
– Favorecer la toma de conciencia de su propio cuerpo y sensaciones y lograr una modificación de los mismos.
– Valorar la situación emocional de los niños antes y después del aprendizaje de la técnica por sus padres.
– Promover la auto-ayuda entre los propios padres.
Los principales problemas que aparecen en la familia hacia el sistema médico-hospitalario son los siguientes:
– La incertidumbre acerca de la enfermedad.
– La ignorancia de los tratamientos médicos.
– La dificultad de comprensión y/o transmisión de la información médica de la enfermedad.
– El desconocimiento de la evolución y el pronóstico.
– Los temores indeterminados hacia el personal médico.
– El desconcierto y desubicación durante la estancia en el hospital.
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